Un poco de historia:
Creo que tuve la mala ocurrencia de nacer en una época prolífica para el cine de catástrofe. La tormenta de los Apocalipsis, en realidad, no es algo nuevo o que hayan puesto de moda los mayas, los asteroides o algún profeta loco. Desde que tengo uso de razón, guerras, pestes, dios, anticristos, las biblias, las bombas atómicas, extraterrestres, diabólicas alimañas humanas zombificadas y quizás cuanto más., siempre se han abalanzado sobre la humanidad como una sombra, que si bien hoy es transmitida virulentamente a través de Internet, en su momento, fue por medio de la televisión casera… Si señores, esa que cada niño podía alcanzar con solo mover una perilla y el respectivo permiso de los padres (O al menos en mis tiempos así era xD).
Dispensados en series de televisión, y películas que hasta hoy me generan un cierto rechazo, los Apocalipsis televisivos, son para mi todo un tema y creo que seria buena idea revisar, a modo personal, las cintas que sin duda me dejaron marcando ocupado cuando era solo un niño, que tuvo la mala ocurrencia de ignorar el “para mayores de 14 años” o “solo para personas con criterio formado”. Lo anterior por supuesto, era una mención nostálgica de la censura.
Una advertencia: Además de los posibles SPOILERS, puede que si llegan a ver alguna de estas cintas hoy en día, la encuentren hasta “graciosa”, y es lógico si comparamos los chapulinescos efectos especiales con los avanzados efectos de hoy en día y si bien, hoy en día ya no se tratan estas temáticas en el cine de la forma en que se abordaban en aquellas décadas y aunque el fin del mundo aun esta en la palestra, creo que los Apocalipsis setenteros y ochentenos, eran por mas, agobiantes y salidos de los guiones mas enfermos que por ahí aparecieron.
Bajo el planeta de los simios 1970 (Beneath the Planet of the Apes):
Bajo el planeta de los simios 1970 (Beneath the Planet of the Apes):
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Póster oficial de la película de 1970 |
Enterarme que el mundo había sucumbido frente a un Apocalipsis primate, y de paso, bajo las armas nucleares, era sin duda, algo que no podía enfrentar, bajo mi concepto de películas de ciencia ficción, tenia que tener un final feliz y Charlton Heston, mi queridísimo Ben Hur, tenia que hacer justicia contra todos esos monos malos, que sometían a la estúpida humanidad, a las más terribles aberraciones, y que sin duda, se la tenían jurada desde la película anterior.
Lamentablemente, en vez de mejorar la historia, cada vez se tornaba peor. En cada ocasión el director se esforzaba por demostrarnos que no importaban los obstáculos, finalmente los simios violentistas acabarían con el protagonista.
La única luz de esperanza de la cinta, reflejada en los últimos remanentes humanos, dotados de poderes síquicos, sumidos en la oscuridad de la zona prohibida, una ciudad hundida en las profundidades del averno, se va completamente al diablo, cuando te enteras que adoran a un dios que no es mas que un misil nuclear capaz de destruir la tierra por completo.
De ahí en más, la catástrofe: el jovencito de la película no puede contra todos, la amada comañera de viaje se muere, los amigos se van, los macacos les dan morcilla a los humanos psíquicos, y obviamente, el temido el misil nuclear, que no había hecho su aparición en la película por mera coincidencia hace su dupla con Charlton Heston que, no iba a irse al otro mundo solo.
Incrédulo por mi parte como buen niño, me enfrentaba a una de mis primeras películas de ciencia ficción con un final tan abrumador y desesperanzado, que mas allá de formalizar mis temores ante estas distopias zoológicas, me hacía reiterarme la pregunta sobre que haría en un futuro así.
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Algunas fotografías del film |
Incrédulo por mi parte como buen niño, me enfrentaba a una de mis primeras películas de ciencia ficción con un final tan abrumador y desesperanzado, que mas allá de formalizar mis temores ante estas distopias zoológicas, me hacía reiterarme la pregunta sobre que haría en un futuro así.
La película cierra con una frase que creo que hasta hoy retumba en mi cabeza:
“En uno de los incontables billones de galaxias en el universo, se encuentra una estrella de tamaño mediano, y uno de sus satélites, un planeta verde e insignificante, que ahora está muerto”
Absolutamente, después de esto, no habría un: ¡malditos sean todos!
Absolutamente, después de esto, no habría un: ¡malditos sean todos!
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